KISSIMMEE - A lo largo de un colorido tramo de la autopista 192 del condado de Osceola, salpicado de moteles destartalados y de pago por semana, los defensores de las familias de bajos ingresos que tienen como hogar estos decrépitos edificios ven una solución a la crisis de vivienda de la región: convertir los moteles en unidades multifamiliares asequibles.
Los viejos moteles de la franja suelen ser el último recurso para los residentes con bajos ingresos que no pueden permitirse apartamentos a precio de mercado o han sido desalojados. La reverenda Mary Lee Downey, directora general de Hope Partnership en Kissimmee, dice que son la mejor respuesta para sacar a la gente de la calle y llevarla a lugares seguros y limpios para vivir, después de que la pandemia echara por tierra sus planes de construir un complejo.
Pero una nueva ordenanza que la comisión del condado tiene previsto aprobar definitivamente el lunes amenaza con dificultar su tarea. La ordenanza, redactada tras un puñado de Los moteles estaban destinados a ser convertidos de viviendas para trabajadores, exigiría una larga lista de costosas mejoras que los defensores de la causa, entre ellos Downey, temen que la remodelación de los edificios existentes resulte demasiado cara.
"La realidad es que el coste de los hoteles ha crecido mucho en los últimos seis meses. Sólo para comprar el hotel y luego está el coste añadido de hacer la conversión real", dijo Downey, que cuenta con una posible asignación de un millón de dólares del Congreso para comprar un hotel en la zona. "No nos oponemos a que haya normas para las conversiones de hoteles. Lo que nos podría preocupar son las normas que superan el precio de la capacidad de hacer conversiones hoteleras".
Las conversiones entre Vineland Road y State Road 429 estarían totalmente prohibidas, y donde se permiten en la U.S. 192 la ordenanza exige un acre de espacio recreativo por cada 50 unidades y que al menos el 20% del terreno urbanizable se destine a "espacios abiertos", limitando el número de unidades que estarían disponibles para los inquilinos.
En el caso de los hoteles situados al oeste de la carretera estatal 535, al menos el 75% de la planta baja tendría que incluir servicios no residenciales, como una tienda o un restaurante, lo que, según los defensores, exigiría una amplia renovación y sacrificaría unidades muy necesarias.
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